La Revista Humor y Ricardo Camogli



El 6 de junio de 1978 nacía la revista que cambiaría para siempre la historia del periodismo y del humor gráfico en la Argentina, la Revista Humor, fundada por Andrés Cascioli, Tomás Sanz y Aquiles Fabregat. Entre 1978 y 1999, la revista marcó el ritmo de la crítica humorística hacia el poder, los políticos y el establishment cultural imperante en las distintas etapas del país. Por las páginas de Humor pasaron gigantes del periodismo, el dibujo y la historieta, como Alejandro Dolina, Eduardo Maicas, Roberto Fontanarrosa y Horacio Altuna, entre muchos otros.

También hubo otros que, sin tanta chapa o cartel, marcaron una época en la revista, como Ricardo Camogli, mi viejo, que hoy, 7 de octubre, cumpliría 65 años.

Luego de trabajar en Ámbito Financiero y la editorial Perfil, Camogli recaló en Ediciones La Urraca en 1985 como asistente de coordinación. A partir de allí, se fue integrando en los esquemas creativos de la editorial, en especial en su principal producto, que era la revista Humor.

En poco tiempo, se transformó en el coordinador general de la revista, gracias a su capacidad para organizar, casi meticulosamente, cada uno de los complejos pasos que demanda la edición de una revista. En aquellos larguísimos cierres, Camogli se sentía en su salsa, compartiendo las madrugadas junto a un reducido grupo de colaboradores, encargados de alistar los detalles finales de cada nueva edición.

Durante su gestión como coordinador, la revista tuvo un renovado momento de auge durante los primeros meses del menemismo, cuya estética tilinga y su política corrupta, eran terreno fértil para la crítica humorística. En aquel tiempo, Camogli se incorporó al grupo creativo de la revista, integrado por lo más selecto del humor gráfico argentino. Desde este espacio, fue el ideólogo del suplemento “El amarillo”, una sección que bordeaba lo absurdo y en donde el propio Camogli figuró como modelo para alguna de sus desopilantes producciones fotográficas.

También se recuerda la sección creada y escrita por él mismo, “el diario en la escuela”, en dónde ponía en evidencia los numerosos errores cometidos por los diarios y revistas, en especial en materias como la geografía, la historia y la ortografía. Allí, además, incluyó en sus relatos a “Pablito”, con quien supuestamente mantenía diálogos sobre estos errores y horrores de los medios.

A comienzos de 1991, dio un brusco cambio en su vida y renunció a la revista para irse a vivir a las sierras cordobesas junto a su compañera Ana. Allí, ambos crearon el diario Punilla, una publicación que marcó época en el periodismo cordobés. Las dificultades de salud se ensañaron con él, pero siempre mantuvo vigente ese tono irónico y sarcástico que lo había llevado, durante años, a ser uno de los grandes de la Revista Humor. Ricardo Camogli, mi viejo.

Pablo Camogli