El siglo
XIX fue el del nacimiento de la Argentina, extenso proceso político, social e
institucional, que fue analizado y pensado por numerosos intelectuales de la
centuria. Cada uno de ellos fue, además, un actor político en la defensa de su
propia mirada sobre el país que se estaba gestando. Entre todas esas miradas,
hubo una que tuvo la sensibilidad para romper con el discurso único que impuso
el liberalismo triunfante: y ese fue Juan Bautista Alberdi, el intelectual del
siglo XIX.
Alberdi
nació hace 201 años en la ciudad de San Miguel del Tucumán, apenas tres meses y
cuatro días después de producida la revolución de Mayo. Huérfano a temprana
edad, debió trabajar desde pequeño, lo que lo fue retrasando en los estudios
formales. Recién en la década de 1840, durante su estadía en Chile, pudo
completar sus estudios de abogacía.
Tiempo antes, había integrado la denominada generación del
37, junto a Esteban Echeverría, Domingo Sarmiento y Marcos Sastre. Enfrentados
con el rosismo, a fines de la década, la mayoría de los miembros de la
generación, emigró hacia Chile y Uruguay.
Recién pudo retornar a la Argentina luego de la batalla de
Caseros, que le puso fin al gobierno de Juan Manuel de Rosas. A partir de allí,
Alberdi se transformó en una de las más influyentes figuras de la política
local. Se lo recuerda como el autor de las Bases, libro que sirvió de
fundamento para la Constitución Nacional sancionada en 1853.
Cuando el liberalismo porteño decidió escindirse del país,
Alberdi permaneció al servicio de la Confederación argentina, cuyo gobierno
estaba asentado en la ciudad de Paraná. En aquellos años, Alberdi mantuvo
notables polémicas literarias y políticas con los principales teóricos del
bando liberal, en especial con Sarmiento.
Durante la administración de Urquiza, Alberdi fue el
representante argentino ante los gobiernos europeos. Desde allí, elaboró una
novedosa propuesta arancelaria para combatir la influencia monopólica del
puerto de Buenos Aires.
Luego de la caída de la Confederación en la batalla de
Pavón, en 1861, Alberdi fue removido de su puesto en Europa por parte del nuevo
presidente Bartolomé Mitre. Cuando éste último se lanzó a la locura de la
guerra del Paraguay, Alberdi repudió tal acción y escribió un libro cuyo título
es tan contundente como preciso: El Crimen de la Guerra.
Pablo Camogli