La increíble batalla de Juncal


Desde el mismo momento de la caída del imperio español en América, que los luso-brasileños pusieron sus ojos expansionistas en las costas marrones del Río de la Plata. La presencia de José Artigas y del pueblo en armas, había sido el argumento propicio para invadir y ocupar la Banda oriental durante años. En la década de 1820, las tensiones fueron en aumento, hasta que se llegó a la famosa guerra con el Brasil, que tuvo numerosos capítulos bélicos, como la increíble batalla de Juncal, librada entre el 8 y 9 de febrero de 1827.

Al inicio de la guerra, había dos certezas. Una, que las tropas de tierra argentinas eran infinitamente superiores a las brasileñas, debido a su dilatada experiencia en el marco de la guerra de la Independencia. Otra, que el poder naval imperial era casi imposible de contrarrestar por la Argentina, que carecía por completo de una fuerza naval.

Es por ello que fue muy sencillo para la escuadra brasileña bloquear el puerto de Buenos Aires y los principales afluentes del Río de la Plata con sus más de 80 naves de todo calibre. Los brasileños habían dividido sus tropas navales en tres divisiones, con la tercera división ocupando el río Uruguay.

Por su parte, las fuerzas argentinas fueron puestas bajo el control del almirante Guillermo Brown, uno de los héroes de la guerra de la independencia. Carente de un poder similar al del enemigo, Brown debió moverse con inteligencia y avanzó hacia el Uruguay en procura de la tercera división, con la que tenía fuerzas levemente inferiores.

A fines de enero de 1827, Brown había fortificado la isla de Martín García para que le cubriera las espaldas mientras se acercó, al frente de sus 15 embarcaciones, hacia la posición enemiga, que contaba con 17 barcos en total.

En la madrugada del 8 de febrero, Brown comenzó el ataque. Durante toda la jornada, en la que se registraron cambios climáticos, los cañones argentinos llevaron la mejor parte, logrando sacar de combate a tres navíos. Por la noche, la escuadra imperial se reunió río abajo, maniobra que Brown descubrió para perseguirlos.

A las 8 de la mañana del 9 de febrero, Brown inició otra vez el ataque. Su escuadra mostró una gran determinación para arrollar al enemigo, que no pudo nunca establecer su formación de combate. Este desorden brasileño, fue aprovechado por Brown para subdividir su escuadra y atacar varios buques al mismo tiempo. Al final de la jornada, los brasileños habían perdido 15 buques, una cifran inusitada para este tipo de combates y una muestra más de la capacidad militar y estratégica del almirante Brown y su escuadra.

La guerra continuó un tiempo más, con ventajas militares para nuestro país. La errática diplomacia del gobierno de Bernardino Rivadavia, terminó por frustrar aquellas victorias, como ésta, la increíble victoria naval de Juncal.

Pablo Camogli