Hay escritores que marcan una época, que
logran con sus obras describir un momento específico y hacerlo permanente.
También hay otros que, debido a su genio literario, trascienden a su propia
época y se convierten en escritores de todos los tiempos. Uno de esos
escritores fue el genial Fiodor Dostoyevski, un escritor de todos los tiempos
que murió, un día como hoy, 9 de febrero de 1881.
Hijo de un médico ruso, Fiodor nació en
Moscú el 11 de noviembre de 1821. Gracias a la formación de su padre, es que
Dostoyevski accedió a una educación secundaria, para luego ingresar en la
escuela militar de ingeniería, en donde se recibió de ingeniero con rango de subteniente.
Fue durante su formación militar en donde
Fiodor se acercó a la literatura y comenzó a escribir sus primeros trabajos, en
especial obras teatrales. Por esa época, además, se vinculó con algunos
círculos literarios críticos al régimen zarista imperante en Rusia. Esta
actividad le costó una condena a prisión en la lejana Siberia. Pasó cinco años
preso, en donde padeció de recurrentes ataques de epilepsia.
Ya en libertad, se reincorporó al ejército,
se casó y retornó a sus escritos. Luego de publicar algunas obras, comenzó a
tener problemas económicos por sus deudas de juego. En 1865, comenzó a
publicar, en formato de fascículos, la que es, quizás, su mejor novela, Crimen
y Castigo. En este trabajo Dostoyevski se adentra en un estilo novedoso para la
narrativa contemporánea, en donde se destacan los elementos psicológicos que
marcarían en resto de su obra.
Al año siguiente, y acuciado por un
contrato de edición, escribió en sólo 26 días su novela El Jugador, casi una
obra biográfica. Para la redacción, tuvo la ayuda de Anna, una joven taquígrafa
con quien terminaría por casarse. En 1867, la pareja inició un largo viaje por
Europa, en donde intercalarían momentos felices por el nacimiento de sus hijos
y ciertos éxitos editoriales, con algunas penurias ocasionadas por la ludopatía
de Fiodor.
En la década de 1870, la familia se instaló
en San Petesburgo, en donde Dostoyevski montó una editora y se dedicó al
trabajo periodístico. En 1878 empezó la redacción de otra de sus novelas
antológicas, Los Hermanos Karamazov, que se fue publicando por partes en los
diarios locales. Esta novela fue la que lo catapultó al reconocimiento público
y de sus colegas contemporáneos, que vieron en él al más perfecto referente de
la literatura rusa.
Pablo Camogli