El supremo entrerriano, Pancho Ramírez

Fue uno de los grandes protagonistas de la primera década revolucionaria e independentista. Gracias a su influjo y su liderazgo, al igual que el de miles de hombres que lo secundaban a él y otros jefes del federalismo litoraleño, es que hoy, la Argentina, es un país federal, más allá de las discusiones que puedan existir sobre el alcance de dichos principios constitucionales. Su ascenso fue tan rápido, como acelerada su caída, fue caudillo, jefe, gobernador y el supremo entrerriano, Francisco Pancho Ramírez.

Ramírez nació el 13 de marzo de 1786 en Concepción del Uruguay, un pequeño poblado de la costa del río Uruguay fundado poco tiempo antes. Al igual que todos los jóvenes de aquellos años, Ramírez fue un hombre de a caballo, con gran dominio de la vida campestre y buena relación con los gauchos de la zona.

Al producirse la revolución de Mayo, Pancho se plegó a los movimientos que los rebeldes comenzaron a realizar en la zona, que todavía se encontraba bajo el control y dominio de los realistas. Cuando la campaña oriental, liderada por José Artigas, se levantó en armas, los entrerrianos se plegaron a este colectivo social y revolucionario.

Los artiguistas debieron enfrentar tres guerras al mismo tiempo. Por un lado la lucha contra los realistas que ocupaban los ríos y la ciudad de Montevideo; por otro, la disputa con los luso-brasileños, quienes aprovecharon la situación de crisis en el imperio español, para avanzar sobre la frontera oriental y mesopotámica; y, por último, la guerra que les hizo el directorio de Buenos Aires, de claras ideas centralistas.

Pancho se plegó a todas esas luchas, en especial en aquellas en donde estaba en juego la soberanía de su provincia, Entre Ríos, nacida por esos años bajo el clamor popular por el federalismo. El país se dividió, en aquellos años, entre los que sostenían el centralismo y aquellos que creían que cada pueblo era soberano y que debía gobernarse a sí mismo.

En un principio, Ramírez luchó bajo el comando de Eusebio Hereñú, pero debido a su valentía y su personalidad, fue ganando adeptos hasta convertirse en el hombre fuerte en Entre Ríos y en el representante de Artigas en la región. Durante varios años, Pancho Ramírez resistió los embates de las fuerzas del Directorio, además de colaborar con el federalismo santafesino, correntino y oriental.

El creciente poder de Ramírez, lo puso al frente de todos los ejércitos del federalismo litoraleño, que confluyeron sobre la cañada de Cepeda para definir, en una batalla campal, el destino del país. El 1° de febrero de 1820, en una batalla que duró un minuto, los federales arrasaron con el ejército del Directorio.

Ramírez ganó en importancia, tanto, como para intentar suplantar en el poder a un alicaído Artigas, que no lograba contener a los portugueses. Esto llevó a una guerra fratricida entre Ramírez y Arigas, que acabó con la derrota de éste y su exilio hacia el Paraguay.

Luego de sancionar la primera constitución para la provincia de Entre Ríos, Ramírez fue atacado por los santafesinos y los misioneros, debido a la ruptura del principio básico de la soberanía de los pueblos, al proclamarse Supremo entrerriano, con dominio sobre otras jurisdicciones. En esta nueva guerra, Ramírez fue derrotado y muerto, el 10 de julio de 1821, en el combate de Río Seco, la muerte, del Supremo Entrerriano, Pancho Ramírez.

Pablo Camogli