El siglo XX fue el de las grandes luchas
populares por la independencia y liberación de los países africanos, asiáticos
y oceánicos, luego de varios siglos de dominación colonial e imperialista. Uno
de los países más importantes en lograr su independencia, fue la India, que se
encontraba dentro de la esfera de dominación inglesa. A diferencia de otras
experiencias libertadoras, en la India predominó una postura revolucionaria
vinculada a la no violencia. El creador e impulsor de este principio, fue el
Mahatma Gandhi, quien un día como hoy, 12 de marzo, pero de 1930, inició la
famosa marcha de la sal, caracterizada por la no violencia como revolución.
En la década de 1910, Gandhi comenzó su
prédica a favor de la independencia hindú, a partir de la adopción de una
estrategia diametralmente opuesta a la desarrollada hasta allí por los pueblos
del mundo: la no violencia. Con ésta prédica, Gandhi inició una serie de
acciones tendientes a difundir sus principios y a poner en evidencia la
inequidad del colonialismo y el alto grado de violencia que era necesario
aplicar para segurar su supervivencia.
En 1930, realizó la que es, quizás, una de
las acciones revolucionarias de mayor carga simbólica en la época: la
denominada marcha de la sal. Hasta la aparición de la electricidad y la
difusión del uso de la heladera para la conservación de alimentos, la única
forma de conservar la comida, en especial las carnes, era mediante la
utilización de sal. Esto convertía a la sal en un bien de primerísima
importancia, más en un país con decenas de millones de habitantes.
La sal era tan importante, que la
administración colonial británica había decretado el monopolio absoluto del
producto. Los hindúes tenían prohibido extraer, producir u obtener la sal de
las fuentes naturales y sólo lo podían hacer a través de las costosas vías de
comercialización y distribución establecidas por los invasores ingleses.
De allí que el Mahatma Gandhi planeara una
acción simbólica que tuviera, a la sal, como el elemento destacado de la
protesta. El 12 de marzo, y junto a un puñado de seguidores, Gandhi inició, a
pié, la marcha de la sal desde su vivienda en Ahmedabad y rumbo a la costa del
océano Índico.
Pablo Camogli