La larga noche del terror se había iniciado
en la Argentina el 24 de marzo de 1976. A partir de aquella fecha, todas las
voces quedaron acalladas y todas la información quedó sepultaba bajo el poder
de las botas y la tortura. Nada ni nadie podía conocer ni difundir lo que
ocurría en el país. Parecía imposible que alguien pudiera saltar las barreras
de la censura y la violencia, para dar a conocer las informaciones que estaban
vedadas al resto de la población. Pero ese imposible existió y tiene nombre y
apellido: Rodolfo Walsh, el hombre que nos conminó a todos para que hagamos
circular esta información.
Rodolfo fue el más extraordinario y
valiente periodista que existió en la Argentina. Para aquellos que amamos esta
profesión, Rodolfo es simplemente un prócer, a quién jamás olvidaremos.
Rodolfo Walsh nació el 9 de enero de 1927
en Choele-Choel, provincia de Río Negro. A comienzos de los 40 viajó a Buenos
Aires para completar sus estudios secundarios. En la gran ciudad, comenzó su
militancia política y profundizó sus inquietudes intelectuales. Serán esas
inquietudes, las que lo llevarían a denunciar los primeros casos de violaciones
a los derechos humanos luego del derrocamiento del gobierno democrático de
Perón.
Su libro Operación Masacre, en donde
denunció los fusilamientos de José León Suárez, sigue siendo, hasta el
presente, la mayor obra en su tipo del periodismo argentino. Luego investigó la
muerte del dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, Rosendo García,
ratificando su valentía y su sagacidad para la obtención de datos.
En la década del 60, integró el equipo de
periodistas que dio brillo a la agencia de noticias cubana Prensa Latina, en
donde compartió tareas con Gabriel García Márquez, entre muchos otros.
De todas formas, hoy queremos recordar la
que fue, sin lugar a dudas, la tarea más asombrosa en la carrera periodística
de Walsh: la Agencia de Noticias Clandestina, la que comenzó a funcionar ni
bien los militares se instalaron en el gobierno. A través de los informes de
ANCLA, que eran gacetillas mecanografiadas que pasaban de mano en mano, Rodolfo
fue denunciado los casos de secuestros, torturas y asesinaos implementados por
el gobierno. Además, puso en evidencia el entramado económico que había detrás
del golpe, con una puntillosidad en cuanto a datos que parece sorprendente
desde la actualidad.
En cada una de sus gacetillas, Rodolfo
escribía una frase que era tanto un pedido como un desafío: "Reproduzca
esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a
máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez
las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la
incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de
un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta
información".
Pablo Camogli