La humanidad ha vivido décadas de
dominación del hombre sobre la mujer. Si bien hay culturas en donde las mujeres
han tenido mayor preponderancia, en nuestra cultura occidental el rol de la
mujer intentó ser reducido al de simple reproductora de la especie. Este
mandato bíblico fue el justificativo para que millones de mujeres en la
historia fueran segregadas de la vida pública, el acceso al conocimiento y, en
definitiva, a su propia libertad. Hoy, 8 de marzo, conmemoramos el Día
internacional de la mujer y nos sumamos, junto a ellas, las mujeres, en su
lucha constante por la igualdad.
La revolución industrial y el capitalismo,
obligó a las mujeres a salir de sus casas para convertirse en proletarias y
obreras, en muchos casos, con salarios muy inferiores a los que cobraban los
hombres por el mismo trabajo. Del mismo modo, las mujeres de condición
económica acomodada tampoco podían acceder a su desarrollo personal, ya que
para ellas se reservaba la función de ama de casa y prolija acompañante del
marido.
En una sociedad dominada por la explotación
del género humano, las luchas sociales se transformaron en la única vía para la
obtención de mejoras en la calidad de vida. Así, junto a la lucha por los
derechos laborales o los derechos civiles, surgió la lucha por la igualdad de
género. Ya durante los años finales del siglo XIX comenzaron a surgir
agrupaciones que pugnaban por el voto femenino, conocidas como las sufragistas.
También, reivindicaban la igualdad, la denuncia de la opresión social, familiar
y laboral, mientras que otros sectores, de tendencia anarquista, ya planteaban
la procreación consciente del proletariado, la separación
entre sexualidad y reproducción, la defensa de la maternidad
libre, la liberación femenina, la libertad sexual, la promoción de
la planificación familiar, el cuidado de los niños así como el uso y
difusión de métodos anticonceptivos artificiales.
Ya entrado en el siglo XX, se registran las
primeras manifestaciones masivas de las mujeres en lucha por la igualdad. Tanto
en América como en Europa, las mujeres deciden ser protagonistas de su
historia. En 1910, en Copenhague, se realizó un congreso de mujeres socialistas
que decidió celebrar, el 14 de marzo, el día internacional de la mujer
trabajadora. Al año siguiente, se realizaron una serie de eventos para
reivindicar el rol de la mujer en la sociedad, pero la fecha estaría signada
por la tragedia: el 25 de marzo de 1911, 140 mujeres trabajadoras de la fábrica
de ropas Triangle de Nueva York murieron en un incendio mientras reclamaban por
mejores condiciones laborales.
Pablo Camogli