Fueron la sensación televisiva durante
décadas en la Argentina, con un público infanto-juvenil que los idolatraba y
que hacía, de cada nueva presentación, un verdadero show de ilusiones y
fantasías. Luchaban y se peleaban, pero nunca había algún lastimado, porque su
magia estaba en la competencia y no en la violencia sin sentido. Así eran los
Titanes en el ring, aquel programa gestado por Martín Karadagian que en estos
días, cumplió 50 años desde su estreno.
Hijo de un inmigrante de origen armenio,
Karadagián se dedicó a la lucha grecorromano, en donde obtuvo algunos
resultados internacionales de importancia. Entre su carisma y su portento
físico, Karadagián comenzó a ser convocado para participar en programas de
televisión, como el conducido por el querido Negro Olmedo, Capitán Piluso. Este
acercamiento a la TV, lo motivó a gestar un show televisivo en donde la lucha,
sea la principal protagonista.
Así fue como nació, el 3 de marzo de 1962,
el primer programa de Titanes en el Ring, que se emitió por Canal 9 de Buenos
Aires. Durante esta primera etapa del programa, Karadagián hacía de malo en las
peleas, ya que el espectáculo estaba más pensado para un público adulto.
Además de Karadagián, la productora trajo
luchadores de otros países de la región, en especial de Chile y Perú, que ya
tenía una escuela de luchadores de cierta tradición. En esta etapa fundacional,
nacieron algunos de los personajes más populares del ciclo, como la Momia o el
Caballero Rojo, cuya popularidad era casi similar a la de Karadagián.
En la década de 1970 y con la llegada del
ciclo a Canal 13, Titanes en el ring alcanzó sus mayores niveles de aceptación
popular, básicamente cuando Karadagián se transformó en el “campeón del mundo”
al que grandes y chicos comenzaron a idolatrar. Cada presentación de Titanes,
se transformó en un verdadero show televisivo, con juego de luces y cámaras y
un relator que cargaba de dramatismo cada una de las acciones.
Poco tiempo después, comenzaron a aparecer
luchadores con auspicio y nombres de marca, como Dink C o Capitán Minerva. Esa
explosión comercial, no le hizo perder adeptos y cada viernes por la noche,
miles de niños y adolescentes se pegaban a la pantalla del televisor para ver a
sus gladiadores modernos.
Pablo Camogli