El arte y la política en Antonio Berni


A lo largo del tiempo, las expresiones artísticas siempre han sido, también, una expresión política. Pintores, escultores, escritores, poetas, todos, a su modo, han hecho política desde su arte y sus obras sirvieron para reflejar algún tipo de realidad política y social en un contexto determinado. También hay artistas que hacen explícito el carácter político de su obra. Uno de esos artistas, es Antonio Berni, un genio que supo integrar el arte y la política.

Berni nació en Rosario, el 14 de mayo de 1905. Desde niño tuvo inclinación por el dibujo y la pintura, tanto como para realizar a los 14 años su primera muestra de obras en su ciudad natal. A los 15, hizo su primera muestra individual, un logro que a otros artistas le demanda años de trabajo. En 1925 viajó a París, becado por el Jockey de Rosario, para completar su formación artística. Allí, se inclinó por un estilo surrealista, en donde se constituyó en uno de los primeros pintores argentinos en desarrollar ese estilo en el país.

La crisis del 30 y la década infame en la Argentina, propiciaron el contexto para el cambio en el estilo de Berni y el surgimiento del arte político en el país. En 1934, pinta dos de sus principales obras de denuncia social: Manifestación y Desocupados, en donde los protagonistas son rostros desesperanzados, arrugados y de tez oscura, una muestra del sufrimiento del pueblo argentino.

En la década del 40, crea, junto a Castagnino, Spilimbergo y Urruchúa, el Taller de Arte Mural, cuya máxima expresión fue la cúpula de las Galerías Pacífico, en Buenos Aires.

También, durante esa década, se dedica a viajar por el continente americano y el interior del país, en donde profundizará su mirada crítica sobre la estructura social de la Argentina.

En 1960, se produce la presentación de lo que será la obra cumbre de Antonio Berni: la serie de trabajos cuyos protagonistas fueron Juanito Laguna y Ramonita Montiel, dos personajes inventados que sirven para describir la vida en la villa miseria del Bajo Flores, que Berni ha recorrido en profundidad. Aquí el autor se muestra en todo su esplendor creativo y ecléctico, en donde confluyen la pintura con el colage, hasta formar obras de arte de primerísima calidad.

Poco tiempo después de concluir con la serie de Juanito Laguna en 1978, Berni fallece en Buenos Aires, el 13 de octubre de 1981. Consultado una vez sobre su arte, el pintor reconoció que “todo arte admite también una lectura política. En mi caso pienso que la lectura política de mi obra es fundamental, que no se la puede dejar de lado, y que si se la deja, no puede ser comprendida a fondo; es más, creo que una mera lectura esteticista de mi obra sería una traición”. Así se definía Antonio Berni, un hombre que supo congeniar el arte y la política.

Pablo Camogli