Durante años los argentinos la seguimos por
todo mundo, con esa pasión deportiva tan propia de nosotros, mezcla de amor
incondicional y mucho de amor veleta. Así fue toda su carrera, entre los éxitos
y las frustraciones, entre los elogios y las críticas. Sobre ella se han dicho
muchas cosas, pero hay algo que es indiscutible, Gaby, fue, es y será la más
linda, la más grande del tenis argentino.
Gabriela Beatriz Sabatini nació el 16 de
mayo de 1970 en Buenos Aires. A los seis años empezó a jugar al tenis en el
Club River Plate, a donde asistía para acompañar a su hermano. El profesor de
tenis le vio talento y la invitó a entrenarse con el equipo de la institución.
Con sólo 12 años, Gaby ganó el Mundialito de tenis de Caracas y empezó a
maravillar con su juego a los especialistas. A partir de allí, todo sería
vértigo en su vida de niña adolescente.
A los 14, se consagró campeona mundial
juvenil, luego de obtener el torneo de Roland Garros. Al año siguiente, se
constituyó en la jugadora más joven de la historia en acceder a las semifinales
del tradicional gran slam paricino. A esa altura, y con un Guillermo Vilas en
franca retirada, Gabriela asomaba como la esperanza del tenis argentino… y no
defraudó.
En octubre de 1985, la niña tenista ganó su
primer torneo profesional en Japón, en donde se transformaría en un ícono
deportivo. En aquella final venció a Linda Gates por 6-3 y 6-4. Ese sería el
primero de una extensa lista de 27 torneos profesionales ganados.
Rápidamente quedó en evidencia que el tenis
estaba en presencia de una de las jugadoras más talentosas de la historia.
Dueña de un estilo propio y particular, Gaby fue distinta a todas, en una época
marcada por la transición entre el predominio de Martina Navratilova y el de la
alemana Steffi Graf.
A fines de 1988 y luego de haber perdido la
final del US Open ante Graf y de obtener la medalla plateada en los Juegos
Olímpicos de Seúl, Gaby pudo dar su primer gran impacto, al ganar el Master
Femenino de Tenis en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, luego de
vencer en la final a Pam Shriver, por 7-5, 6-3 y 6-2.
Claro que lo mejor estaba por venir. El 5
de septiembre de 1990 y luego de un extraordinario partido, Gaby se coronó
campeona del US Open al derrotar a Graf por 6-2 y 7-6. De esta forma, obtuvo el
único Gran Slam que ganó una tenista sudamericana en la historia.
Después vendrían otras dos muy buenas
temporadas, con 5 títulos en 1991 e igual cantidad en 1992. Además, sumó otra
final de gran Slam, la de Wimbledon 91 y varias semis. Pero estos logros
parecían no alcanzar y las críticas contra Gabriela se hicieron despiadadas.
Esas críticas y los años ininterrumpidos de carrera, le restaron ánimo y
voluntad para continuar luchando por su tenis. En 1996, Gaby decidió decir
basta y dejó el tenis, en el que había obtenido 632 victorias y sólo 189
derrotas. Feliz cumpleaños, Gaby, la más linda, la más grande.
Pablo Camogli