Las anillas de los sueños, por Juan Pablo Molino Torres


El gimnasta Federico Molinari, representante argentino en anillas consiguió un histórico diploma con su puntaje final de 14.733, luego que lograra el octavo puesto de los ocho finalistas en la categoría. Histórico para el deporte argentino.

Corría el año 1996. Juegos de Atlanta. Marcelo Palacios, único representante sudamericano en competir en gimnasia artística, cerraba su primera y última participación olímpica sin pena ni gloria.

Luego de 16 años, la Argentina volvió a tener un referente masculino en Londres, quien además se metió en la historia grande del deporte argentino. Se trata de Federico Molinari, el joven de 28 años que aún sigue representando al club San Jorge de Santa Fe,  quien quedó entre los ocho mejores de los Juegos de Londres en la categoría anillas.

La performance final fue opacada por una salida negativa, tras caer desestabilizado por la exigente maniobra. Si bien el desenlace de la prueba fue correcto, el final fue determinante: 14.733, el puntaje de su nota. “Me la jugué a clavar la salida, porque era la única oportunidad para acercarme al podio”, dijo el santafecino. El planteo resultó ser más arriesgado para superar los 15.333 de la ronda clasificatoria y ponerse a tiro de las puntuaciones más altas. Sin embargo, los jueces fueron severos con la nota final, que finalmente terminara lejos de los 15.900 del brasilero Arthur Nabarrete Zanetti, quien ocupó el primer puesto del podio.

Sin duda, este diploma representa un premio al esfuerzo realizado en este 2012. Pasó las fiestas de fin de año en España, muy lejos de su familia para buscar el sueño de poder representar por primera vez al país en un Juego, ya que no pudo clasificar a los Juegos de Beijing debido a una rotura de ligamentos en su rodilla derecha que le impidió el máximo rendimiento en el preolímpico. Así y todo, siguió compitiendo en el cuadro.

En la ciudad de Madrid, participó en los seis aparatos, con la particularidad de realizar una mejor puntuación en salto (15.466) que en anillas (14.533). Después de sacar 82,564 unidades como puntaje final,  Molinari terminó 51º y se ubicó 26º sin contar a los gimnastas clasificados o con plaza lograda en equipos.

Con estos números, se puede observar la notable evolución del atleta de San Jorge durante este año. Lo terminaron de confirmar sus notables desempeños en las copas mundiales de Ghent y Maribor, donde logró la medalla de bronce en ambas competiciones. También el oro en el Campeonato Panamericano de Especialistas en Medellín. 

En el estadio de North Greenwich Arena, Molinari derramó unas lágrimas emocionantes al ver los felices rostros de sus padres Fernando y Alicia, quienes fueron las principales ruedas de auxilio de su vida afectuosa y deportiva, ya que su papá fue quien convenció a Federico para la dedicación exclusiva a la gimnasia artística ni bien cumplió nueve años.

“Durante mi carrera cumplí todas las metas que me propuse y me quedaba ésta, que era formar parte de los Juegos Olímpicos. Si no lo hubiera logrado, no sé si habría tenido alguna motivación interna que me permitiera seguir dando todo. Yo sentía que los Juegos eran lo que me faltaba”, trasmite Molinari. De arriesgado cierre, pero de corazón valiente.