El poeta de la voz eterna


Su voz, pasó como una estrella fugaz por esta tierra, callada por la violencia y la locura del fascismo español. Pero si su vida fue corta, su poesía se ha hecho eterna y vive, y perdura, en el recuerdo constante de uno de los poetas más fantásticos de habla hispana: Federico García Lorca, el poeta de la voz eterna.

García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, Granada. Sin ser un alumno destacado, concluyó sus estudios en derecho en la universidad de Granada. La España en la que se crió y se formó el poeta, estaba surcada por artistas que criticaban un país en decadencia, que aún vivía bajo una estructura social y cultural propia del Antiguo régimen feudal. Figuras como Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Jorge Guillén y Salvador Dalí, se vinculan y se relacionan con esa formación recibida por García Lorca.

A los 20 años, publicó sus primeros poemas, para dar paso a una amplia y extensa obra compuesta por poesías y obras teatrales. En 1929, García Lorca viajó a Estados Unidos y Cuba, para regresar a su patria, ya envuelta en la lucha política que pronto desembocaría en la guerra civil en España.

Durante el gobierno de la Segunda República española, García Lorca fue designado al frente de la compañía teatral La Barraca, lo que le permitió difundir el arte teatral por toda España. También viajó a la Argentina en 1933, en donde fue recibido como una celebridad.

En 1936 estalló la guerra civil y García Lorca se convirtió en un objetivo para el aparato represivo de las fuerzas nacionalistas, de claro tinte fascista. Su condición de republicano, intelectual y homosexual, eran elementos que irritaban a la mentalidad conservadora del bando enemigo. El 16 de agosto de 1936, luego de una denuncia anónima, el poeta granadino fue detenido y condenado a muerte. Dos días después, fue ejecutado junto a un maestro y dos banderilleros.

Federico García Lorca había sido ejecutado, pero su poesía perdura gracias a su voz eterna, la cual nos dice:

Tu cuerpo irá a la tumba
intacto de emociones.
Sobre la oscura tierra
brotará una alborada.
De tus ojos saldrán dos claveles sangrientos
y de tus senos, rosas como la nieve blancas.
Pero tu gran tristeza se irá con las estrellas,
como otra estrella digna de herirlas y eclipsarlas. 
(última estrofa de Elegía)
Pablo Camogli