Como todos los 30 de agosto desde hace 28 años, la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desa-parecidos (FEDEFAM) –integrada por Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora– recordó a los 30 mil detenidos desaparecidos de la Argentina y a las víctimas en el resto del mundo.
El acto, que consistió en la proyección del documental Tierra de refugio, historias del exilio, una charla a cargo del juez federal Carlos Rozansky y el cierre musical del coro Quiero retruco se realizó en el recuperado Edificio Cuatro Columnas de la ex ESMA, particularmente en el auditorio Mabel Gutiérrez, que recuerda a la presidenta de Familiares, quien falleció en abril de 2009.
“En este Día Internacional del Detenido Desaparecido recordamos a nuestros hijos. Ese genocidio es algo que no tenemos que olvidar, no sólo aquí, sino en todo el mundo”, señaló Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora, quien ofició de presentadora del acto.
La oradora principal fue Marta Ocampo de Vázquez, titular de esa organización y una de las impulsoras ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de la aprobación del proyecto de la Convención internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. “La ONU reconoció este día y solicitó a todos los países miembros tenerlo en cuenta y conmemorarlo”, destacó Vázquez, quien recordó que en Argentina las Madres luchan desde 1976 para obtener justicia por sus hijos desaparecidos, pero destacó que “en otros países del continente, como Colombia, hay 52 mil desaparecidos en los últimos años, lo mismo sucede en México y Guatemala”.
De todas maneras, la dirigente se mostró “muy orgullosa” por los logros obtenidos en el país: “Somos un ejemplo, pero no nos basta porque queremos poder decir Memoria, Verdad y Justicia por siempre.”
Como maestra de ceremonias, Taty Almeida destacó el apoyo del juez Rozansky y de varias personas que no pudieron asistir, como la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el ministro de Educación, Alberto Sileoni, y el senador Daniel Filmus.
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, no estuvo presente, pero su cartera emitió un comunicado en el que “hace suya la conmemoración del 30 de agosto”. “Recordar esta fecha es poner el pensamiento en los miles de hombres y mujeres que sufrieron lo indecible en los centros clandestinos de detención en todo el país y el resto de Latinoamérica, como así también las graves violaciones a los Derechos Humanos perpetradas en la región desde mediados del siglo pasado”, señaló el texto.
La Secretaría consideró que rememorar esta fecha “es una forma de evitar la repetición de los crímenes aberrantes de lesa humanidad cometidos de manera masiva y sistemática por el Estado de nuestro país y de construir la democracia sobre la base de la verdad, la justicia, la solidaridad y la tolerancia”.
Además, se recordó un texto que Julio Cortázar leyó en el Coloquio de París de enero de 1981: “Aquí, en esta sala donde ellos no están, donde se los evoca como una razón de trabajo, aquí hay que sentirlos presentes y próximos, sentados entre nosotros, mirándonos, hablándonos.”
por Gerardo Aranguren