El mundo entero, azorado, pudo
observar, en vivo y en directo, el mayor atentado terrorista cometido en la
historia. Las imágenes de los aviones impactando contra las dos torres
principales del complejo WTC y el posterior derrumbe de ambas, ya conforman
parte del acervo del terror en este mundo. El 11 de septiembre de 2001, miles de personas
inocentes fueron sometidas a la locura asesina de tipos que no tienen bandera
ni nacionalidad.
La historia oficial relata que esa
mañana del 11S, cuatro aviones fueron secuestrados en la costa este de los
Estados Unidos, por parte de diecinueve miembros de la red yihadista
Al-Qaeda. Dos de esos vuelos, se estrellaron contra las Torres Gemelas,
ubicadas en el corazón financiero del imperio yanqui; otro avión impactó contra
el Pentágono, el centro neurálgico del aparato de defensa de los Estados
Unidos; mientras que el cuarto se precipitó a tierra luego de una heroica resistencia
de los pasajeros.
Dos horas
después de que el vuelo 11 de American Airlines y el 175 de United Airlines
impactaran contra las torres, ambas moles de hierro se desplomaron como si
hubieran sufrido una implosión. Casi 3.000 personas murieron en el acto,
mientras que otras 6.000 resultaron heridas, muchas de ellas de extrema
gravedad.
Pero también
hay otras historias, todas ellas vinculadas a diversos sectores del
poderosísimo conglomerado armamentístico norteamericano, en donde confluyen
petroleros, sectores de la CIA, el FBI y las Fuerzas Armadas. Todo ellos tenían
(y tienen) un mismo objetivo, hacer que la guerra sea algo permanente.
Algunos
sostienen que se trató lisa y llanamente de un autoatentado, mientras que otros
consideran que el atentado fue posible porque desde los organismos de control
miraron para otro lado, pese a las evidencias que tenían del atentado que se
estaba gestando. Cualquiera de las posibilidades, no hacen más que ratificar el
accionar de sectores transnacionales que carecen de banderas e ideologías, ya
que sólo piensan en el dinero y la ganancia.
El atentado
del 11 de septiembre abro paso a dos nuevas y millonarias guerras, la de
Afganistán y la de Irak. Ninguna de las dos las ha podido ganar Estados Unidos,
inclusive hay perdido miles de hombres en las acciones, además de cientos de
miles de víctimas inocentes que murieron en estos diez años.