El magnate Soros abandonó el proyecto arrocero del vice de Clarín

El multimillonario húngaro decidió retirarse del emprendimiento que tenía con José Aranda. Aunque la empresa insiste con el proyecto, para los ecologistas “quedó herido de muerte”. Tiempo Argentino había revelado el caso en agosto de 2010.

El magnate húngaro George Soros abandonó el polémico proyecto arrocero que planeaba la construcción de la represa Ayuí Grande y dejó en soledad a José Antonio Aranda, vicepresidente del Grupo Clarín. Así lo indica el Acta de Reunión de Directorio Nº 72 perteneciente a la Unión Transitoria de Empresas (UTE) formada, entre otras, por Pilagá SA (propiedad de Soros) y Copra SA (perteneciente a Aranda).
El documento, al que Tiempo Argentino accedió de forma exclusiva, explica que Pilagá SA resolvió “no continuar como miembro” de la unión de empresas debido a “razones propias”. De esa manera, Aranda se convirtió en el socio mayoritario de la iniciativa, ya que ahora entre las compañías Copra SA y Tupantuva SA (también del vicepresidente de Clarín) posee el 80% de las acciones de la UTE.


En esa misma reunión de directorio, celebrada el 5 de este mes, el resto de las firmas que forman parte del emprendimiento ratificaron la continuidad del “proyecto de la represa sobre el Arroyo Ayuí Grande”. Y aclararon que, a pesar de la partida de Soros, la “modificación de los porcentajes de participación no implica la modificación en la porción de agua para riego que podrán aprovechar una vez construida la represa, la cual se regirá conforme las Concesiones de Uso de las Aguas Públicas otorgadas por el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (ICAA).” Esto significa que, a pesar de las reiteradas objeciones, Aranda tiene en mente seguir adelante con la obra.


Sin embargo, para las ONG ambientalistas de la zona, el emprendimiento quedó “herido de muerte”. En diálogo con Tiempo, Emilio Spataro, integrante de la ONG Salvemos al Iberá, aseguró: “Siempre sostuvimos que la clave para que el proyecto del Ayuí fracasara era que Soros se abriera. Con esta separación, la construcción de la represa queda herida de muerte. En la práctica, no se puede llevar a cabo, ya que Aranda necesitaba a Soros porque sus campos eran linderos.”
En el mismo sentido se pronunció la diputada correntina Inés Fagetti (FPV), quien se opuso a la construcción de la represa desde el primer momento: “Hace tiempo se rumoreaba sobre la partida de Soros, pero evidentemente la resolución de la Secretaría de Ambiente de la Nación fue determinante para que ese grupo ya no quiera avanzar con el proyecto. Creo que esto es vital para que el emprendimiento caiga.”
Desde Corrientes, el contador Ricardo Freire, mano derecha de Aranda, manifestó su sorpresa y adujo no estar al tanto de la noticia. “No sé nada, por lo que no puedo confirmar la salida de Soros del proyecto.” Asimismo, explicó que desde Copra SA seguirán trabajando en función de la iniciativa, ya que “desde el punto de vista legal, este proyecto está aprobado. Nosotros contamos con todas las habilitaciones provinciales”.


Sin embargo, el retiro de Soros se da, justamente, en medio de uno de los peores momentos para el emprendimiento. Es que el proyecto (que pretendía adueñarse de un río, inundar 8000 hectáreas y eliminar 130 kilómetros de bosques) ya fue frenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en noviembre de 2010, y por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación el 25 de agosto pasado. Hace dos semanas, el organismo encabezado por Juan José Mussi resolvió que las obras del proyecto “resultan incompatibles con las disposiciones de la Ley General de Ambiente Nº 25.675 y la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos Nº 26.331”. Además, agregó que “compromete la responsabilidad internacional del Estado por tratarse de una obra que causará perjuicio sensible al río Uruguay, al afectar la calidad de sus aguas”.


Asimismo, en noviembre de 2010 la Corte ya había decidido suspender las obras por 90 días hasta tanto se determine si la misma ocasionará daños al medioambiente y afectará el cauce del río Uruguay. Luego, en junio de este año, el máximo tribunal dio por “extinguido el proceso”, ya que el supuesto perjuicio ecológico que podría generar la represa “no puede encontrar cabida en esta causa”, en tanto excedía su objeto, pero reconoció que el Estado nacional tenía competencia para actuar.


Las empresas Copra y Pilagá comenzaron en 2005 con la idea de construir la represa Ayuí Grande. Pero recién el 8 agosto de 2010 el proyecto fue conocido por la opinión pública a través de una investigación realizada por este diario. El emprendimiento, alentado por el incremento mundial del precio de los granos, cuenta con el aval del gobierno de Ricardo Colombi, quien hace menos de un mes enfatizó: “No nos vamos a dejar llevar por falsos ambientalistas que lo único que quieren es que nuestra provincia tenga más del 60% de tierras improductivas.” Y añadió: “No podemos tolerar que personas foráneas nos vengan a decir que tenemos que vivir permanentemente en estado animal, sin poder trabajar o producir.”


Sin embargo, y para desgracia del gobernador Colombi, el vicepresidente de Clarín cada vez está más solo, y su sueño de la represa propia, cada vez más lejos de convertirse en realidad.