El Espinillo, capítulo inicial de la guerra civil


Si bien la guerra civil comenzó tiempo antes, en Mandisoví, provincia de Misiones, la batalla del Espinillo fue el primer encuentro armado de importancia en el marco de la extensa lucha fratricida del siglo XIX. Fueron las cuchillas entrerrianas, el escenario de este primer choque entre las tropas federales del interior y las centralistas del directorio de Buenos Aires. En aquella jornada del 22 de febrero de 1814, en El Espinillo, se produjo el capítulo inicial de la guerra civil.

A comienzos de 1814, la precaria tregua entre los artiguistas y el directorio, cuyos ejércitos sitiaban en conjunto el bastión realista de Montevideo, se rompió ante el avance del Barón de Holmberg desde Buenos Aires. El plan del directorio era reunir un buen contingente de soldados en el centro de Entre Ríos para con ellos batir toda la provincia.

Por su parte, José Artigas movilizó a todas las partillas de gauchos entrerrianos al mando de Blas Basualdo, Francisco Ramírez y Eusebio Hereñú, entre otros, a las que apoyó con las tropas de Fernando Otorgués, las que cruzaron el río Uruguay.

Los entrerrianos marcharon con rapidez hacia La Bajada, la actual ciudad de Paraná, lugar que había sido desguarnecido por el enemigo tiempo antes. En la jornada del 21 de febrero, Hereñú con sus hombres ocupó la Bajada. Al día siguiente, se debería enfrentar con los directoriales, que habían quedado cercanos en terreno enemigo.

Holmberg contaba con 350 hombres y un cañón del calibre de a 2. Dispuso una defensa en cuadro, con su espalda apoyada en el arroyo Espinillo, que dio nombre al combate. Fue atacado por dos columnas de infantería de 150 plazas cada una, más una reserva de caballería de unos 500 hombres. En las primeras cargas, las fuerzas del Directorio sufrieron las mayores bajas, hasta que lograron replegarse en dirección a la Bajada a pie, ya que habían perdido sus caballadas. Por la tarde fueron atacados nuevamente, pero esta vez su resistencia fue mucho menor y a las 15 se rindieron.

El propio coronel del directorio asegura haber perdido durante el combate 247 hombres, entre muertos, heridos y dispersos. A dicha cifra se agregan otros 101 pasados y 84 prisioneros (entre ellos, el propio Holmberg). Además, le arrebataron más de 300 armas de chispa, los dos cañones, todas las municiones y 10.000 pesos.

De esta forma, el primer intento serio por parte de Buenos Aires por controlar el Litoral había fracasado. Las tropas del Directorio fueron destruidas, en aquella jornada del Espinillo, el capítulo inicial, de la guerra civil.

Pablo Camogli
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