Se retira un grande del deporte misionero


El circuito profesional de tenis ya no contará más con la presencia de José “Chucho” Acasuso, quién anunciará este jueves su retiro como jugador, aquejado por diversas molestias físicas que lo mantuvieron alejado de los courts. De esta forma, Chucho cierra una notable carrera como jugador de tenis, trayectoria que lo ubica, en forma incontrastable, como uno de los grandes del deporte misionero.

Conocí a Chucho en 1999, cuando él apenas tenía 16 años y despuntaba como un jugador de futuro promisorio, en una generación dorada que integraron David Nalbandian, Guillermo Coria y Gastón Gaudio. Con un andar cansino, casi pachorriento, José impresionaba por el poder de sus golpes y una técnica depurada que rápidamente llamó la atención del ambiente tenístico. En aquel año, Chucho comenzó a jugar en el escalón más bajo del profesionalismo, los torneos Future, en los que obtuvo varios títulos.

En esa primera experiencia, me tocó estar muy cerca de José, debido a mi trabajo como corresponsal de El Territorio y seguí todos los partidos del misionero. Siempre lo acompañaba un pequeño grupo de amigos y su inseparable hermano, Juan Andrés. La potencia y calidad de juego de Chucho, contrastaba con la tranquilidad que emanaba aquel contingente de misioneros, que seguíamos al tenista por todo el conurbano bonaerense en cada nueva presentación.

A fines de ese 1999, José logró su primer gran triunfo, fue ante Alberto Berasategui, el ex finalista de Roland Garros y en el Challenger de Buenos Aires, un escenario que el misionero conquistaría con su carisma y su juego. En febrero del 2001, ya en el marco del primer ATP de Buenos Aires, Chucho se transformó en una figura de peso para el tenis argentino, al alcanzar la final luego de dejar en el camino a grandes jugadores, como Franco Squilari. Aquella fue la primera de once finales que jugó en toda su carrera y fue el inicio de un romance con el público porteño que se mantendría hasta la actualidad.

En el 2002 llegó el primer título, fue en Sopot, Polonia. Allí derrotó, una vez más, a Franco Squilari por 2-6, 6-1 y 6-3. Luego obtendría los ATP de Bucarest en 2004 (ante el ruso Igor Andreev) y de Viña del Mar, en el 2006 y frente al local Nicolás Massú. En el 2006, además, llegó a la semifinal de un Master Series, en Hamburgo y con victoria ante el N° 5 del mundo, Ivan Ljubicic. El 14 de agosto de ese año alcanzó su mejor ranking, al quedar en el puesto 20 del mundo. Al cerrar su carrera, Chucho completó una estadística de 582 partidos jugados, entre torneos ATP, Challengers, Futures y Copa Davis. También jugó otros 184 partidos en dobles, en donde obtuvo 5 títulos, la mayoría de ellos junto a Sebastián Prieto.

Fue justamente en el marco de la Copa Davis en donde José vivió sus mayores alegrías y sus tristezas más profundas en el tenis. Todo comenzó con el debut promisorio ante Suecia, en la primera ronda del 2006, en donde José sumó dos victorias para el equipo argentino. Igualmente, lo mejor vendría en las semifinales, en donde derrotó en maratónico partido al ex número 1 del mundo, el australiano Leyton Hewitt por 1-6, 6-4, 4-6, 6-2 y 6-1. Las tristezas fueron las dos finales perdidas, en donde a José le tocó la responsabilidad de disputar el último punto para la Argentina. En el 2006, con derrota ante Marat Safin (otro ex número 1) en el quinto punto y en el 2008 frente a España, en el cuarto punto ante Fernando Verdasco. Sólo David Nalbandian ha disputado más finales de copa Davis para la Argentina que José Acasuso.

Chucho le dice adiós al tenis, por lo menos como jugador profesional. Las lesiones que signaron su carrera, hoy le bajaron el telón a la extraordinaria trayectoria de uno de los deportistas más importantes en la historia misionera. Se retira Chucho, un tipo sencillo, humilde, típicamente posadeño.

Gracias por todo José, se te va a extrañar.

Pablo Camogli