Era una
típica noche porteña. En el Aeroparque Jorge Newery había un movimiento
constante de pasajeros, ese, el de las 20 horas, es un horario cargado de
partidas y llegadas. Sobre la avenida Rafael Obligado, conocida como Costanera
Norte, el tránsito era pura vorágine. Autos, aviones, motos, bicicletas y
pescadores conviven con el Río de la Plata como escenario. Pero esa noche, la
aparente poesía urbana del entorno, se trastocó en tragedia, la tragedia del
avión de LAPA.
El vuelo
3142 de LAPA, con destino al aeropuerto de la capital cordobesa, debía despegar
a las 20.54 desde Buenos Aires. La tripulación había iniciado las operaciones
una hora antes, cumpliendo con todos los pasos previstos para la puesta en
funcionamiento del Boeing 737-200, una pesada mole que estaba en vuelo desde
1970.
A bordo,
iban cien personas. 95 eran pasajeros y el resto conformaba la tripulación. El
mando del avión, se encontraban el comandante Gustavo Weigel y el copiloto Luis
Etcheverry. En la hora marcada, el avión se ubicó en la cabecera de la pista 13
y comenzó su carreteo. Pese a que alcanzó la velocidad adecuada en la distancia
óptima, la nave no se elevó del suelo, y siguió de largo.
A las 20.54
se desató la tragedia. El avión de LAPA arrasó con las rejas del aeroparque y
cruzó a toda velocidad por sobre la avenida Obligado, que era transitada por
miles de autos. Uno de ellos, envuelto en llamas, quedó incrustado bajo el
fuselaje del avión. Con una de sus alas partidas, el avión se detuvo contra el
ingreso a una cancha de golf, en donde todo se hizo una bola de fuego.
Durante
horas el LAPA 3142 continuó humeante, cruel imagen de una tragedia que se
podría haber evitado. El saldo final fue de 65 muertos y 35 heridos, la mitad
de ellos con heridas gravísimas. El juicio penal que le continuó a la
investigación aeronáutica, arrojó que el accidente se produjo por un error
humano de los pilotos, pero aclaró que ese error se produjo a consecuencia de
una larga cadena de corrupciones.
Pese a las
evidencias sobre gruesas fallas en la seguridad aeroportuaria, el fallo
judicial del 2 de febrero de 2010, sobreseyó a 6 de los imputados y tan sólo
condenó a penas menores de tres años a dos de los acusados.
Pablo Camogli